-LeónGieco-

21 de julio de 2013

Call me a dog - Chris Cornell (unplugged) 

You call me a dog, well that's fair enough 'cause it ain't no use to pretend you're wrong. When you call me out I can't hide anymore, I have no disguise you can't see through. Well you say it's bad luck to have fallen for me. Well, what can I say to make it good for you? You wore me out like an old winter coat, trying to be safe from the cold. But when it's my time to throw the next stone, I'll call you beautiful if I call at all. You tell me I'm low 'cause I've slept on the floor, and out in the woods with the badgers and wolves. You threw me out 'cause I went digging for gold and I came home with a handful of coal. But when it's my time to throw the next stone I'll call you beautiful if I call at all. And when it's my time to call your bluff, I'll call you beautiful or leave it alone. You call me a dog, well that's fair enough. It doesn't bother me as long as you know that bad luck will follow you if you keep me on a leash and you drag me along.
(Nota mental: Cuando esté cansada de vos, enojada con vos, harta de vos, cuando quiera pegarte, gritarte para que me escuches, cuando todo se desgaste, cuando no me queden fuerzas para seguir, cuando vea sólo lo malo que pasa entre nosotros, cuando sienta que no da para más, cuando me den ganas de llorar por la cotidianidad, cuando se me cierre la garganta con un nudo, debo escuchar esta canción.)

29 de junio de 2013

Definitivamente mi vida se ha convertido en un pozo ciego: Sábado a la noche sin nada para estudiar para la semana que viene, comiendo empanadas frente a la compu y escuchando el unplugged de Chris Cornell, crotamente vestida. Asco de vida. Es lo que hay.

4 de junio de 2013


Son estos los momentos en que digo “mamá tiene razón, nunca sirve guardarse las cosas”. Pero no me lo creo. No me convenzo. Sigo en mi espiral hacia adentro, ahogándome todos los días, martirizándome, nadando en mis propias lágrimas por no saber hablar; ni a vos, ni a nadie. Me guardo los pensamientos para mí, para no preocuparlos, para no entrometerlos, para no cargarlos de mis problemas, porque creo que no lo merecen. Simplemente merecen mi mejor parte, una sonrisa, un abrazo, una ayuda, un consejo, un oído, siempre lo mejor, pero no lo peor de mí. No me creo capaz de soportar verlos sufrir por llenarlos de mi negatividad, decepcionarlos (qué palabra tan pesada, decepción). Que me crean fuerte, y se den cuenta que en verdad no lo soy, soy más frágil que un cristal. Eso me dolería. Que sepan mis secretos más profundos, mis dolores, que todas las noches lloró porque no lo tengo cerca. Que esta situación es peor  a que se haya muerto porque es posible, pero a la vez no. Porque te cierra puertas que sabés que algo esconden detrás, que te imposibilitan
Pero no importa cuántas veces lo escuchen mis oídos, no importa cuántas veces lo griten sus gargantas, creo que no hay manera de hacerme entender eso. Hay cosas que jamás voy a poder decir, porque en mi cabeza tienen mucho más sentido que cuando lo transformo en palabras, destino de mis pensamientos que creo que no los manifiesta como en verdad son. Lo que pueda llegar a decir jamás se va a siquiera acercar a todo lo que pienso, a todo lo que siento, lo que relaciono. Por eso me parece vano hablar, porque no me lleva a ningún puerto. Prefiero estar sola, aunque sé que no es lo que quieren para mí. Pero creo que aquí no hay nada que solucionar, sino simplemente dejar que pase el tiempo y que duela menos, y tratar de vivir con este inmenso dolor.
Lo que más me importa ahora es que te extraño. No me refiero a que te quiero conmigo, sino a que no te entraño. Te extraño, te saco, te elimino, te expulso, te quiero fuera de mi vida, lejos, lo más lejos posible. Y no sólo ahora, para siempre, lejos, muy muy lejos. Eternamente lejos, no quiero que te acerques, porque sé que voy a darte la espalda otra vez. No quiero que leas esto tampoco porque eso haría que dejes de buscarme, y en este momento necesito saber que me estás buscando para sentir amor, para sentir que me querés, aunque sé que eso no es así. Te odio tanto, con lo más profundo de mi ser, me hacés llorar cada noche creyendo que sos importante, que te necesito, que necesito tu figura en mi vida, pero no es así. Solamente quisiera que todo hubiera sido distinto para poder ser un poco más feliz y para haber podido tomar mejores decisiones. Me quitás el hambre, el sueño, la alegría, la energía: todo eso que necesito continuamente  para estar bien, todo lo que siempre necesité para sonreír cada mañana. Ya ni siquiera siento el sabor de la comida de mamá por tener la nariz tapada por llorar. Sinceramente, me gustaría que algún día leas esto, si llego a morirme mañana, porque son cosas que jamás pude ni voy a poder decirte en la cara, ¿y sabés por qué? Porque te tengo un indescriptible MIEDO. Sos como miles de payasitos del juego del miedo que me acechan de día, de noche, con lluvia, con sol, con nubes, cuando estoy  de lo más feliz, cuando estoy de lo más triste: sos el fantasma de mi vida.