-LeónGieco-

21 de julio de 2013

Call me a dog - Chris Cornell (unplugged) 

You call me a dog, well that's fair enough 'cause it ain't no use to pretend you're wrong. When you call me out I can't hide anymore, I have no disguise you can't see through. Well you say it's bad luck to have fallen for me. Well, what can I say to make it good for you? You wore me out like an old winter coat, trying to be safe from the cold. But when it's my time to throw the next stone, I'll call you beautiful if I call at all. You tell me I'm low 'cause I've slept on the floor, and out in the woods with the badgers and wolves. You threw me out 'cause I went digging for gold and I came home with a handful of coal. But when it's my time to throw the next stone I'll call you beautiful if I call at all. And when it's my time to call your bluff, I'll call you beautiful or leave it alone. You call me a dog, well that's fair enough. It doesn't bother me as long as you know that bad luck will follow you if you keep me on a leash and you drag me along.
(Nota mental: Cuando esté cansada de vos, enojada con vos, harta de vos, cuando quiera pegarte, gritarte para que me escuches, cuando todo se desgaste, cuando no me queden fuerzas para seguir, cuando vea sólo lo malo que pasa entre nosotros, cuando sienta que no da para más, cuando me den ganas de llorar por la cotidianidad, cuando se me cierre la garganta con un nudo, debo escuchar esta canción.)

29 de junio de 2013

Definitivamente mi vida se ha convertido en un pozo ciego: Sábado a la noche sin nada para estudiar para la semana que viene, comiendo empanadas frente a la compu y escuchando el unplugged de Chris Cornell, crotamente vestida. Asco de vida. Es lo que hay.

4 de junio de 2013


Son estos los momentos en que digo “mamá tiene razón, nunca sirve guardarse las cosas”. Pero no me lo creo. No me convenzo. Sigo en mi espiral hacia adentro, ahogándome todos los días, martirizándome, nadando en mis propias lágrimas por no saber hablar; ni a vos, ni a nadie. Me guardo los pensamientos para mí, para no preocuparlos, para no entrometerlos, para no cargarlos de mis problemas, porque creo que no lo merecen. Simplemente merecen mi mejor parte, una sonrisa, un abrazo, una ayuda, un consejo, un oído, siempre lo mejor, pero no lo peor de mí. No me creo capaz de soportar verlos sufrir por llenarlos de mi negatividad, decepcionarlos (qué palabra tan pesada, decepción). Que me crean fuerte, y se den cuenta que en verdad no lo soy, soy más frágil que un cristal. Eso me dolería. Que sepan mis secretos más profundos, mis dolores, que todas las noches lloró porque no lo tengo cerca. Que esta situación es peor  a que se haya muerto porque es posible, pero a la vez no. Porque te cierra puertas que sabés que algo esconden detrás, que te imposibilitan
Pero no importa cuántas veces lo escuchen mis oídos, no importa cuántas veces lo griten sus gargantas, creo que no hay manera de hacerme entender eso. Hay cosas que jamás voy a poder decir, porque en mi cabeza tienen mucho más sentido que cuando lo transformo en palabras, destino de mis pensamientos que creo que no los manifiesta como en verdad son. Lo que pueda llegar a decir jamás se va a siquiera acercar a todo lo que pienso, a todo lo que siento, lo que relaciono. Por eso me parece vano hablar, porque no me lleva a ningún puerto. Prefiero estar sola, aunque sé que no es lo que quieren para mí. Pero creo que aquí no hay nada que solucionar, sino simplemente dejar que pase el tiempo y que duela menos, y tratar de vivir con este inmenso dolor.
Lo que más me importa ahora es que te extraño. No me refiero a que te quiero conmigo, sino a que no te entraño. Te extraño, te saco, te elimino, te expulso, te quiero fuera de mi vida, lejos, lo más lejos posible. Y no sólo ahora, para siempre, lejos, muy muy lejos. Eternamente lejos, no quiero que te acerques, porque sé que voy a darte la espalda otra vez. No quiero que leas esto tampoco porque eso haría que dejes de buscarme, y en este momento necesito saber que me estás buscando para sentir amor, para sentir que me querés, aunque sé que eso no es así. Te odio tanto, con lo más profundo de mi ser, me hacés llorar cada noche creyendo que sos importante, que te necesito, que necesito tu figura en mi vida, pero no es así. Solamente quisiera que todo hubiera sido distinto para poder ser un poco más feliz y para haber podido tomar mejores decisiones. Me quitás el hambre, el sueño, la alegría, la energía: todo eso que necesito continuamente  para estar bien, todo lo que siempre necesité para sonreír cada mañana. Ya ni siquiera siento el sabor de la comida de mamá por tener la nariz tapada por llorar. Sinceramente, me gustaría que algún día leas esto, si llego a morirme mañana, porque son cosas que jamás pude ni voy a poder decirte en la cara, ¿y sabés por qué? Porque te tengo un indescriptible MIEDO. Sos como miles de payasitos del juego del miedo que me acechan de día, de noche, con lluvia, con sol, con nubes, cuando estoy  de lo más feliz, cuando estoy de lo más triste: sos el fantasma de mi vida.

30 de noviembre de 2012

Me hacés inmensamente feliz, y es tan extrema la felicidad que me das que no aprendí a transmitirla con palabras. No sé si eso es bueno o malo. Espero que sea bueno. Te amo con la más inmensa fuerza del mar.

26 de junio de 2012

Hacía mucho que no lloraba por esto; y hacía mucho que no me ponía a reflexionar cosas negativas de mí. Al fin y al cabo, siempre caigo en que no sirve nada enojarme con mi yo del pasado, porque mi yo del presente tiene a muchas personas al lado que lo hacen feliz y lo hacen preocuparse por cosas más interesantes y que valen más la pena. De todas maneras, nunca viene mal un poco de pensamiento por este cerebro egoísta y con la autoestima demasiado alta para mi gusto. ¿Dónde dejé a la Laura que lloraba todas las noches por lo que hacía, que se sentía culpable por cada paso que daba? En parte, me alegra que se haya ido, porque si siguiera acá no estaría disfrutando de ESTAS lindas cosas que la vida puso en mi camino; pero al mismo tiempo siento que la dejé ir y era esencial, hasta casi natural... ¡Qué feo eso de tomar como natural algo que no nos hace bien! Supongo que por eso le solté la rienda, siempre me costó acostumbrarme a las cosas malas cuando me las impusieron, pero con el tiempo me di cuenta que había muchas cosas malas a las que me había acostumbrado que me las había impuesto yo solita, y eso tampoco me gustó. No tengo nada que concluir, eso no me gusta. Una de las pocas cosas que recuerdo que te dije a VOS la noche del viernes fue "me cagaron la vida, no quiero verlas nunca más", y "hace cinco noches que vengo soñando con ella". Son temas que pareciera que no tienen nada que ver, pero en mi cerebro están intrínsecamente relacionados; y ambos me ponen mal, me hacen sentir una pelotuda y una forra al mismo tiempo. Ah, también sé que ese último secreto no se lo quería contar a nadie porque creí que era una cosa de esas estúpidas de mi cerebro, que en los momentos en los que estoy con los mejores elementos para estar bien, empiezo a maquinarme para arruinarlo todo. (De paso, gracias por haberme soportado)
Diiiicen que la gente que se deprime es porque tiene tiempo al pedo, y efectivamente, eso tuve esta última semana. 
Me hace falta viajar, ¿me acompañan?
Chau.

6 de marzo de 2012

Creo que no debemos borrar ninguno de los espirales de nuestro árbol personal, cada uno de ellos fue trazado por diferentes personas que pasaron por nosotros, que nos dejaron algo, nos lo quitaron o nos lo intercambiaron por una rama en el suyo. No hay que borrarlos e intentar dibujarlos más lindos, simplemente quedarnos con ese espiral, apretado, amplio, pequeño, inmenso, muy enrulado o casi derecho, pero uno de nuestros espirales, sin los cuales no seriamos estos inmensos árboles con raíces que se mueven sobre la tierra que somos. Nos queda remarcarlos, agregarles hojas, o dejarlos secos como cuando el otoño nos desgasta; agregarles flores para tener dentro nuestro la más hermosa primavera. 
-Laura Suárez-

27 de octubre de 2011

A sentirme viva. A saberme eterna a tu lado, a saber que nada va a terminar nunca, que nosotros le ponemos fin a los hechos; que a pesar de que pasen miles de cosas, nosotros elegimos cuándo verdaderamente terminan. A festejar, a saber encontrar siempre una razón para brindar. A reír diariamente, a disfrutar de las pequeñas cosas. A saberme feliz y vagante de esta tierra sin rumbo. A no saber dónde estoy ni a qué hora, pero sabiendo que nada más importa si estoy a tu lado. A no pensar las cosas demasiado, a dejarse llevar, a hacer lo que se siente. A devolver lo que recibo. A multiplicar las sonrisas todos los días. A regar las plantas que me hacen feliz todos los días.
Todas esas cosas me enseñaste.
Tu olor en mis sábanas. Tu cara frente a mí. El sabor de tus besos, la dulzura de tus caricias. La sensación de tu sudor. La estupidez de nuestras miradas. Las más tiernas guerras de cosquillas. Todos y cada uno de los momentos maravillosos que compartimos. El placer de sentir tu respiración en mi oído. La maravilla de dormir abrazada a tu cintura y de despertar de esa misma manera. La alegría de compartir un desayuno en la cama, de sonreír en la mañana por el sólo hecho de tenerte a mi lado.
Todas esas cosas guardo de vos.
Que no se debe mendigar amor, que se recibe cuando y cuanto se merece. Que soy fuerte y más fuerte me hace tu amor. Que no hay nada que me pueda detener. Que nada puede vencerme si me creo lo suficientemente fuerte. Que cuando uno se gana las virtudes de los demás, debe también saber tomarlas cuando corresponde. Que no hay nada más lindo que reír de absolutamente nada. Que la vida es hermosa si estás frente a mí. Que no hay fuerza sobrenatural que se interponga en la vida que quiero elegir. Que no dejaría que nada se interponga en esta hermosa relación a la que vamos agregándola cada día un ladrillo. Que la felicidad existe y la encuentro en cada mueca de tu boca. 
Todas esas cosas me ayudás a recordar todos los días.


Sos el recuerdo más hermoso de mi presente.

17 de octubre de 2011

Luego de andar las calles de tierra y las de cemento, las piedras, los pastos, el puente que separaba nuestros pies de la carretera que pasaba por debajo de nosotros, el camino que la construcción nos indicaba y un largo trayecto de monotonía en el suelo, llegamos. Allí un gran paño marrón claro nos recibía, con un poco de viento y una tela movediza detrás. Nos acercamos a tocarlo, estaba frío y mojado, pero eso sólo dio lugar a una hermosa risa. Buscamos un lugar donde pudiéramos tener un paneo general de la situación, y allí pusimos nuestras zapatillas y nuestras mochilas. Y su correa. Porque sí, ya había caminado demasiado con esa cadena alrededor de su cuello, merecía la libertad del aire. Estaba tan entusiasmado y cansado a la vez que lo único que hice fue jugar para que se entusiasmara y se cansara más. Sacaste una naranja de la mochila, se la mostraste y sus orejas se alertaron. La lanzaste contra la tela mojada y no dudó en mojarse con ella para ir en busca de la esfera de color llamativo. La trajo bastante fatigado, pero con ganas de ir a buscarla nuevamente. En ese instante, sentí que estaba de más en ese paisaje, así que retrocedí y me senté al lado de nuestras pertenencias. Fue cuando comprendí que formaba parte de lo que estaba pasando porque vos me habías elegido para que lo viera; me habías elegido para que me ría de tu risa, para que me sorprenda de algún tropiezo, para que largue carcajadas mientras corrían juntos. Y allá a lo lejos, te veía bailando, bailando con el corazón, siendo libre, corriendo, liberando las malas energías. Y él te seguía, o se iba. Se iba más de lo que te seguía, pero entonces bailabas más rápido, quizás de manera no tan improvisada. Me miraste e intuye por tus movimientos que venía contra mí la naranja. Rodó hasta mis pies y tras ella, él. La recogí antes de que fuera demasiado tarde, y me miro con alegría y baba, mucha baba colgando de su boca. Entonces tomé carrera y con todas mis fuerzas la lancé hacia vos nuevamente. Repetiste la acción, repetí la acción, y ya lo veía un poco harto de la situación. Entonces jugaste a que se mojara de nuevo. Y volví a mirarte, a contemplar la alegría hecha imagen. Sin que te dieras cuenta, se dejó llevar por el perfume de uno de su especie, a cual se acercó y olfateó. Y se copiaron, y se olieron y se empujaron con el hocico. Corrieron metros y metros. En ese momento te miré y reaccionaste a tiempo como para que no se fuera demasiado lejos. Y con esa misma lejanía visual fue que te sentí más cerca de mí. Tras reírme a gritos de que eran felices con esa naranja y ese nuevo integrante de su plano, te acercaste, fatigado, agarrándolo de la piel que le sobraba en la parte de atrás del cuello. Después de que me lo pidieras, te acerqué la cadena, pero sin la correa, y se la pusiste riéndote. Lo más lindo era que no dejabas de reír, a pesar de que estabas cansadísimo. Te sentaste a mi lado con liviandad y al ver que estaba por escaparse de nuevo lo sujetaste con la correo. Nos miramos a los ojos y me di cuenta que tenía cara de estúpida, así que cerré los ojos y te besé.
Le diste un poco de agua para que recuperara energías. Y otra vez, el juego de la naranja; cada vez más lejos y más alto. Y cada vez más reíamos. Volvimos al momento infinito de verte a lo lejos, pero sintiendo tu respiración a mi lado. Se hizo tarde, tuvimos que volver. Tomamos todo y emprendimos el viaje de vuelta, por la misma monotonía del suelo, el mismo camino que la construcción nos indicaba, el mismo puente que separaba nuestros pies de la carretera que pasaba por debajo de nosotros, el mismo pasto, las mismas piedras, y las mismas  calles de tierra y de cemento. Y todo volvió a ser como siempre: guardaba unos 30 minutos que habían sido eternos; la perfección de todo lo que estaba viendo y de mis sensaciones; la perfección de la espuma detrás de ti, de su pelaje mojado y corriendo con el viento, de todos y cada uno de tus movimientos. Y al fin y al cabo, esa perfección era costumbre en el transcurso en que las agujas se movían y yo respiraba a tu lado; era usual, pero no por eso vulgar. Guardaba tus muecas al lado de todos los momentos que tengo guardados de tu incontable perfección, y dejando lugar para los que vendrían después. Te guardaba bien dentro de mi corazón (para variar). 

5 de septiembre de 2011


Los elijo. Para éste y otros sueños, cumplidos y por cumplir. Pero los de hoy. Los que ustedes quieran contarme. Los vuelvo a elegir. Les dedico mi tiempo, mis conocimientos, mis tonteras, mis enojos, mis sonrisas. Les dedico lo que tengo, lo que más me gusta de mí, porque son lo que más me gusta de mi vida. Espero darles lo que merecen, aunque es una tarea difícil, siendo tanto. Les agradezco, los honro, los felicito, los aplaudo, los reto, los escucho, los entiendo. Los compadezco, los alegro, los abrazo, los espero. Los pienso, los valoro, los cuido. Porque son lo que soy, y soy lo que son. Soy lo que soy gracias a que son lo que son. Son la fuente de mis días, de mis soles, de mis lunas. Son a quienes elijo, a quienes llamo hermanos, a quienes llevo dentro de mi corazón, o a la par del mío. A quienes quiero tener por las mañanas, los días, las tardes y las noches los días que me quedan. Saben quienes son, sé que no hacen falta halagos baratos para bien quedar. Saben qué son, qué significa, y para eso no hay palabras que alcancen. Brillen, no se apaguen, que alumbran mi vida. Fuentes de energía, cuenco del agua que bebo y de las sonrisas que intento propagar. 
Somos. Eso me encanta. Los amo con la carne y los huesos.







































3 de septiembre de 2011

Despedida a lo que supe ser


Que tu vida sea poesía. Eso es lo que deseo encuentres en tu camino. Que aprendas a dejar atrás lo que merece formar parte de tu pasado, que lo mires con cariño, pero que no guardes rencor por aquello que allí queda. Que fijes tu mirada en lo que tienes ahora, que es infinito. Que valores tu día, tu sol, tu sonrisa; la de hoy, la de ahora. Que entiendas que fue un acto egoísta que me ayudó incesantemente a crecer. Que no hay momento más puro e importante para mí que éste, en el que estoy dejando fluir lo que soy, lo que quiero para mí; en el que estoy haciendo realidad el sueño que siempre tuve en mi mente; que esta vez es real, está plasmado en hechos; ahora soy quien soy gracias a que me quiero y me respeto, antes que vos, que él y que cualquier otro. Enorgullécete de lo que en mí se formó, a pesar de que creas que no te beneficia. Olvida las desdichas de aquel día. Pero si es necesario, ódiame, aborréceme, demuéstrame cuánto te he lastimado, que lo entenderé, pero eso no me hará cambiar de opinión; seduce a mi culpabilidad, pero ten por cierto que esta vez no se dejará vencer ante los ojos de tu lástima. Y recuerda que es más inteligente quien calla, quien demuestra que nada hay, que nada siente; recuerda que no hay nada más duro que la indiferencia. Si de verdad quieres destruirme, practícala, y me verás impaciente. Me verás desdichada, ojerosa y preocupada.
Centra tu mirada, amiga mía (sólo te llamo así en mi mente, jamás dejarías que lo diga otra vez), en lo que sonrisas te da, y no en la insulsa persona que te demostró frialdad. Estoy preparada para significar nada en tu vida, y me alegro de que eso puedas lograr. Te felicito por ello. La culpa a mí no ha llegado, y creo que no lo hará en los días venideros. Aunque parezca estúpido, estoy feliz por mí. Por ti aún no. Sólo demuéstrame que no te importo. Que resulto innecesaria en tus días, y me enorgulleceré de haberte conocido. Ódiame de la manera más vacía que encuentres en tu expresión, y sólo en ese momento comenzaré a quererte otra vez. Pero no esperes que vuelva. No esperes que quiera darte explicaciones, porque cuando intenté hacerlo te pusiste primero; como yo lo hice, como debes hacerlo. Debo admitir que no te necesito; me necesito más a mí, a mi integridad y a mi respeto.
Continúa con ese intento de virtud: Eres tu todo; eres lo único que siempre tendrás. Cuídate más que a quienes te rodean. Haz lo que te haga feliz sin que importe, verdaderamente, lo que digan de ti, a quien lastimes, a quienes hieras. Porque nunca te abandonarás a ti misma, y eso no tiene precio alguno.
Por favor, toma las lecciones que te doy sin ningún guardapolvo blanco, ni uniforme, ni autoridad. Toma las lecciones en las que debes curtir tu piel y tu cerebro. Toma nota de lo que te recomiendo: Nunca sigas los consejos de quien parece quererte. Sigue los consejos de alguien antes de que el amor aparezca. Escucha los pasos sinceros de un desconocido con buenas intenciones. Escucha las voces de la calle. Y las de tus caminos interiores también; las de tus venas; tu trafico. Escucha tu voz. Lo que tú quieres de verdad está lejos de lo que estás viviendo, lo sé. Pero no hay sueño inalcanzable, sino sólo aquel que no podamos soñar.
Para mí soy yo. Para ti debes ser tú. Sólo inténtalo y entenderás cómo se siente. Odiarás tu dicha por ser tan profunda. Amarás tu corazón por latir tan equilibradamente, tan espontánea y tan perfectamente. Y a tu mente por trabajar en tu favor. La mente, el cuerpo y el espíritu aprenden a estar en sintonía cuando reciben el amor que merecen. Nadie más que uno permite que ese amor les llegue, y nadie más que uno se preocupa por recolectarlo.
Te beso. Te beso la frente con lo que de mi boca sale. Te beso las ideas con una caricia. Te besaría la piel. Te besaría la piel muerta. La piel exhausta. El frío.
Te besaría los dulces gestos de despedida. Te encontraría en el más profundo de los goces. Y allí (sólo allí) serías maravillosa: El día que me seas indiferente; que no me odies ni me ames; que no me quieras ni me aborrezcas. Simplemente el día en que sea tu nada. Tu cero a la izquierda. El día que no sea para ti.
Abrázame fuerte. Jamás volveré a verte así, lo sé. Jamás volverás a verme como lo que pensaste que era. Jamás. Seré quien elijo, lejos de ti. Porque es lo que quiero ser, es lo que quiero vivir. Es mi vida la que se aleja de tu camino. Y a pura voluntad.
Nunca me gustaron las despedidas. Pero debo decir que es la primera que disfruto. No porque te vayas, sino porque viene hacia mí más amor que el que me dabas; más respeto y valor que el que sentía en tu saludo.
Y lo único que me carcome es pensar que aquel primer error lo cometí yo, sabiendo que nada sería lo mismo después. Desde ese momento supe que nunca remediaría del todo mi culpa. Y no lo hice. Alejarme me servirá para extrañarte y fingir que creo ser una estúpida por haberte perdido, pero en el fondo me dará la misma felicidad que ahora recibo de los brazos de mi propio corazón (incomparables abrazos, por cierto).
-Laura Suárez - (03/09/11)


13 de julio de 2011

Guaranteed

On bended knee is no way to be free.
Lifting up an empty cup I ask silently that all my destinations will accept the one that's me so I can breath.
Circles, they grow and they swallow people whole. 

Half their lifes they say goodnights to wifes they'll never know.
Got a mind full of questions and a teacher in my soul, so it goes...
Don't come closer or I'll have to go. 
Holding me like gravity are places that pull.
If ever there was someone to keep me at home, it would be you.
Everyone I come across in cages they bought.
They think of me and my wandering, but I'm never what they thought.

Got my indignation but I'm pure in all my thoughts: I'm alive.
Wind in my hair, I feel part of everywhere.
Underneath my being is a road that disappeared.
Late at night I hear the trees, they're singing with the dead, overhead.
Leave it to me as I find a way to be.
Consider me a satelite forever orbiting.

I knew all the rules but the rules did not know me, guaranteed.




-Eddie Vedder-



18 de junio de 2011

Luna llena

Hoy hay luna llena

y eso sí que me llena.
-Laura Suárez-


...queTUtRaNqUILiDaDmEcUALiza~

13 de junio de 2011

Revolución en estereo

Por vez primera, atada al misterio de tu intensidad. Canción sincera, en tus versos llevas un perfil de la verdad. En ruta hacia el abismo al fondo de mí mismo, inventándome, intentándome, tropiezo contigo. Cierro los ojos pero miro hacia adentro y siento un viento que atraviesa mi cuerpo, espíritu ancestral del conocimiento alimenta el pensamiento; que la canción es corazón de una masa que grita, canta y se agita cuando entona su razón, provoca conexión, movilización, música incallable, una revolución. La historia oculta sale cantando de su cueva oscura y fría, la revolución en melodía que no frena, trasciende, no se intimida, y viaja al mundo porque aquel que se identifica ve en esta canción buena cobija, y ve pasión de la conexión que existe con las luchas en otros países donde la revolución insiste. ¡Revolución! Invadiendo tu estereo, porque todo aún tiene un remedio, sólo hay que encontrar los medios, dar con ellos.
Y así me llevas, atado al misterio de tu intensidad. Canción sincera, en mí tienes un soldado de tu voluntad.
-Cultura Profética-

5 de junio de 2011

Echoes

Overhead the albatross hangs motionless upon the air
and deep beneath the rolling waves
in labyrinths of coral caves.
The echo of a distant time 
comes willowing across the sand.
and everything is green and submarine.

And no-one showed us to the land,
and no-one knows the where or whys,
but something stirs and something tries
and starts to climb towards the light.

Strangers passing in the street,
by chance two separate glances meet,
and I am you and what I see is me.
And do I take you by the hand
and lead you through the land? 
And help me understand the best I can.

And no-one calls us to move on,
and no-one forces down our eyes,
and no-one speaks, and no-one tries,
and no-one flies around the sun.

Cloudless everyday you fall upon my waking eyes
inviting and inciting me to rise.
And through the window in the wall
come streaming in on sunlight wings
a million bright ambassadors of morning.

And no-one sings me lullabies,
and no-one makes me close my eyes,
and so I throw the windows wide
and call to you across the sky.


-Pink Floyd-

22 de mayo de 2011

No quiero

No quiero ser conformista. No quiero ser igual que siempre. Quiero cambiar. Porque sé que es necesario. Porque no quiero que conozcas eso que no me gusta ser. Quiero que conozcas lo que quiero ser, a tu lado. Lo que quiero que aprendas. Que todos tenemos razones para reír, y que la vida es plenamente bella. “No quiero que lleves de mí nada que no te marque”. No quiero que te quedes con que sé hacer sentir mal a las personas con facilidad, sino con que no me gusta hacerlas sentir mal. No quiero que te quedes con que todo me deprime, sino con que me gusta encontrar razones para estar mejor. No quiero que te quedes con que me gusta ser especial para las personas, sino con que me creo con el poder de hacer feliz a esas personas. Y no quiero, mi amor, que gastes tu tiempo en querer entenderme. No quiero que pienses que estoy loca, sino que lo compruebas y te rías de que así sean las cosas. No quiero que me creas una triste enamorada de la vida, sino alguien que es feliz enamorándose de las personas y poniéndolas en un pedestal.
Pero sobre todo, a pesar de no querer todas estas cosas, quiero ser eterna con vos. Quiero que me mires a los ojos y encuentres todo lo que necesitás, quiero ser única en tu vida, quiero causar lo que nadie jamás causó, quiero ser tu razón de sonreír cada mañana, quiero que rompas los esquemas de tu mente, que te quiebres ante mí, ser tu debilidad, tu consuelo, tu distracción, tu calor, tu sol. Enseñarte que para que todo eso pase sólo hay que dejarse llevar.
Y que al mismo tiempo, no quiero dejarme llevar. No quiero querer todo eso, porque sé que jamás podrá pasar. No quiero que se cruce por mi cabeza ni un instante lo felices que podemos llegar a ser juntos todos los días, sin siquiera pensar en el mañana. No quiero porque estoy más que segura de que no soy la indicada para inspirarte, para relajarte por las noches, para distraerte de las costumbres, para llevarte lejos con tan solo un beso. Sé que no soy la indicada para ser amada, porque mi feroz personalidad quita que te sientas especial para mí, a pesar de que lo sos ahora más que nunca; quita que comprendas lo que siento, que es mucho más fuerte que lo que debe ser.
(Perdón.)

-Laura Suárez- (19/05/11)

20 de mayo de 2011


One of these days


i´m going to cut you

into little pieces...



(No, no a ti, a TI)

1 de mayo de 2011

Si de preferencias hablamos...

...prefiero que me llamen loca por elegir a una flor para sonreírle, antes que a un ser humano destructor, posible dictador, supuesto creador, Dios, o quien se cree dueño de una pequeña o gran porción de lo que le dio vida y un lugar donde correr. Prefiero sonreírle a una bellísima flor en crecimiento que a una persona que está jugando con el mundo en su mano, y que sabiéndolo, no pretende hacer nada para cambiar eso, y sí para cambiar el mundo de acuerdo a sus "necesidades".









...prefiero que me llamen loca por besar a una flor antes que por besar a alguien que nada tiene para ofrecerme, alguien que se apodera de mi dignidad y la maneja como su deseo lo indica, alguien que se roba mi corazón y juega con él en sus manos.












Prefiero que gasten tiempo en entender que prefiero que me llamen loca por preferir besar y sonreírles a las flores. Que las sonrisas que ellas me dan perduran en mi corazón sin ser opacadas, que no tengo que llorar para que me hagan bailar. Que las flores más dan de lo que reciben, que son puras porque así más felicidad adquieren. Que jamás me besaste como ellas (ni vos, ni vos, ni vos, ni vos, ni siquiera VOS). Que por más que lo intentes nunca vas a poder hacerme más feliz que cuando las tengo en mis manos. Que tenerlas en tus manos también es jugar con su corazón. Así que no cometas el mismo error que conmigo. No las opaques, no las arranques, dejalas crecer y ser lo que ellas quieran ser.

-Laura Suárez-

29 de abril de 2011

Flor



Así de pequeña me
ven los humanos...



Y así de grandiosa los animalitos que se posan en mí.


Igual... es la primera vez que después de mirarme, sonreírme y hablarme tanto y tan lindo, te sacás una foto conmigo.... Podrías hacer eso más seguido, me hace sentir que soy importante para vos, y que me guardás en tu memoria. Nunca te olvides de mí, que siempre te espero en el mismo lugar, con las demás de mi especie. Nunca olvides que te di alegrías todos los días que pudiste verme, los días que la luvia no caía sobre nuestro patio, nuestro punto de encuentro cotidiano. Nunca me saques de acá, no me arranques, que soy feliz con la visita de las abejas y los mosquitos.

Y sobretodo, si te llegas a ir, JAMÁS quieras llevarme con vos, a pesar de que pienses que nadie puede cuidarme de esta manera; enseñale a quien quede a mi cargo cómo debe tratarme, lo que me gusta (que no es muy complejo) y lo cálidas que son las tardes en las que tomás mate mientras yo te miro descansar bajo el sol.

Gracias por tu atención.
La flor más dulce de tu jardín.

17 de abril de 2011

Estrellas

Es como si todas intentaran advertirme algo. Que no pise ese pato, que no arranque esa flor, que no patee esa piedra, porque si están ahí es porque ella así lo quiso. Y se divierten, las ves reír; titilan y bailan, todas con diferentes compases, pero al mismo tiempo. Y bailan y te opacan con su inconmensurable brillo. Porque ríen; ríen y son felices, como la luna, su fiel compañera que rueda, gira y ríe; como el sol, una masa superior en tamaño a todas ellas, pero no en importancia. Y a pesar de que intentan imitarlo, aun sabiendo que jamás van a lograr tener todo su brillo, siguen bailando, como el sol, que rueda, gira, brilla, ríe y es feliz;

como la luna,

como las estrellas,

como el cielo,

como ella, la naturaleza;

como vos,

como yo;

ahora,

nunca

o siempre,

pero eternamente felices.

-Laura Suárez- (12/04/11)