Sin tu voz caeré, no podré ilusionarme otra vez, porque el fuego que une nuestra almas morirá cuando deje de ver. Y cuando un día ese fuego se apague, quedará el recuerdo en tu pecho de haber sentido calor. Mi ilusión; es la ilusa que ve salvación. Mi ilusión, es mi estrella, mi Dios, mi razón.
-Callejeros-
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