Miré hacia el noroeste, luego de ver ese mar inmóvil y a la vez inquieto rebalsando de pequeñas luces que tratan de imitar al sol (creo que les dicen estrellas) y me quedé pasmada al lograr inmovilizar mi mirada en esa redondez infinita que te caracteriza, observando como el sitio sobre el que nací, vivo y viviré caminando te quitaba de a poco la luz que el sol, exactamente del otro lado, te estaba proporcionando sólo para que te viera. Me sentí un tanto culpable de interponerme en su bella historia de amor, en esa gratitud que comparten en ese inmenso manto, a veces azul y a veces celeste, que se presta para dejarlos ser ustedes mismos. Como si lo estuvieras engañando, porque viven corriéndose día y noche, tratando de alcanzarse, y cuando se encuentran, ocurren estas cosas que lo dejan a uno estupefacto. Así pues, continué observando… Creo que jamás encontraré las palabras exactas para que quien nunca te vio así, pueda entender aunque sea una mínima parte de lo que eso fue. Era extraordinario, algo de no creer. Vos más bella que nunca, con un color anaranjado en cuanto iba avanzando la sombra sobre vos. Y al girar mi cabeza, el cielo ya empezaba a aclararse. El tiempo pasaba rápidamente, tan fugaz como el movimiento de uno sobre otro, dejando una inolvidable imagen en mi memoria de ese pulcro momento. Lentamente ibas desapareciendo. Me negaba, pensaba que no quería dejarte ir, me sentía culpable por habitar este suelo que tan entrometido es. Pero comprendí que valía la pena verte asomándote para saludarnos hasta el último momento en que dejáramos que vos y el sol sigan amándose tan eternamente como siempre. Valía la pena porque te iba a extrañar, pero luego iba a verte, la noche siguiente, y sabía que eso sucedería. Repentinamente, dejé de ver esa enorme sonrisa colorada que dejabas debajo, comencé a observar un borde blanco uniforme que me hacía pensar que todavía estabas allí. Hasta que de pronto, eso también desapareció. Y quedó en mi corazón la culpa de tener bajo mis pies la tierra que quebranta su dulce amorío, pero la satisfacción de saber que saben perdonarse mejor que nadie, para, al día siguiente, continuar rodando sobre mí, persiguiéndose sucesivamente, para volverse a encontrar en un colchón que les dará las esperanzas de continuar haciendo el amor para enseñarnos a repetir ese acto sobre este mundo, y enseñarnos que no hay fronteras que separen amores de tamaña nobleza y descomunal esplendor.
All that you touch, all that you see,
all that you taste, all you feel;
all that you love, all that you hate,
all you distrust, all you save,
all that you give, all that you deal,
all that you buy, beg, borrow or steal;
all you create, all you destroy,
all that you do, all that you say;
all that you eat, everyone you meet;
all that you slight, everyone you fight;
all that is now, all that is gone,
all that's to come,
and everything under the sun is in tune,
but the sun is eclipsed by the moon ♥
Me odio por no haberlo visto. Al otro día tenía que ir a cuidar a mis primos a las nueve y no me daba jaja.
ResponderEliminarQué lindo texto, qué linda foto ♥
Me gustó mucho :) Y mi voz no es dulce en lo más mínimo. Que se repita, y que cada vez seamos más.
ResponderEliminaren ese contexto todo era dulce :)
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