-LeónGieco-

6 de marzo de 2012

Creo que no debemos borrar ninguno de los espirales de nuestro árbol personal, cada uno de ellos fue trazado por diferentes personas que pasaron por nosotros, que nos dejaron algo, nos lo quitaron o nos lo intercambiaron por una rama en el suyo. No hay que borrarlos e intentar dibujarlos más lindos, simplemente quedarnos con ese espiral, apretado, amplio, pequeño, inmenso, muy enrulado o casi derecho, pero uno de nuestros espirales, sin los cuales no seriamos estos inmensos árboles con raíces que se mueven sobre la tierra que somos. Nos queda remarcarlos, agregarles hojas, o dejarlos secos como cuando el otoño nos desgasta; agregarles flores para tener dentro nuestro la más hermosa primavera. 
-Laura Suárez-

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